Crisis de 1929

Las causas principales de la crisis de los años treinta fueron sobre todo la especulación y la superproducción. La economía de los años 20 estaba basada en la especulación inmobiliaria y en la bolsa. La gran concesión de créditos a empresas por parte de los bancos habían sido utilizados para falsear sus cuentas y fingir de ese modo que obtenían beneficios. Todo ese capital flotante, el cual no estaba invertido, provocó un aumento del tipo de interés y la ruina de gran cantidad de empresas, las cuales no pudieron pagar sus créditos. A todo esto se debe sumar que todos los países implicados en la primera guerra mundial habían modificado su economía habitual a una economía de guerra. De ese modo, el lugar que los países implicados ocupaban en el comercio internacional fue sustituido por otros países. Al volver los países tradicionales a este mercado, se generó un excedente de productos en el mismo, lo que provocó grandes pérdidas económicas.

La crisis de los años treinta tuvo las siguientes consecuencias políticas y económicas:
  • Estalló la crisis de la bolsa. Los bancos y las empresas se enriquecían a costa de la venta de acciones. Así, en el denominado jueves negro (24/10/1929) se produjo una venta excesiva de acciones que causó el hundimiento del valor de las empresas y la ruina de los inversores.
  • Se produjo un aumento del paro. Así mismo se procedió a la reducción del consumo y a la consecuente quiebra de empresas. En la crisis económica actual, se ha constatado este hecho, como podemos ver en las siguientes gráficas.
      En esta gráfica, se puede observar la evolución del paro respecto a la evolución de la crisis económica. A partir de 2004, año de prosperidad económica, el paro sufrió un ligero descenso. En cambio, a partir del 2008, año en el que estalló la burbuja inmobiliaria, sufrió un aumento de más del 3%, y no ha dejado de crecer desde entonces, llegando a niveles cercanos al 22%.

              Aquí se puede apreciar el gasto medio en diferentes actividades desde el año 2006 hasta el 2011. Como se puede observar, desde el año 2008 se ha producido una disminución del consumo en actividades que podríamos considerar prescindibles.

  • Los bancos redujeron el número de préstamos y fueron más estrictos a la hora de concederlos.
  • La crisis se extendió a escala mundial debido a que EEUU redujo sus importaciones; de ese modo, los países que le suministraban materias primas quedaron “contagiados”. A su vez, la banca estadounidense empezó a repatriar los capitales prestados durante el Plan Dawes.
  • La población perdió la confianza en los partidos democráticos, ya que los consideraban responsables de la situación. Los obreros y los campesinos empezaron a apoyar a los partidos comunistas; y las clases medias y la burguesía se declinaron por la extrema derecha. En casi todos los países se formaron partidos fascistas y una nueva ola de dictaduras asoló el ambiente, como ocurrió en Alemania, en la que se impuso el nazismo.
                En la imagen se puede ver el aumento del número de votos el Alemania al partido Nazi, un partido de ultraderecha, muy radical. Se puede observar que conforme las consecuencias de la crisis se hacen cada vez más notorias (Noviembre de 1928), va aumentando el número de votos recibidos por este partido, llegando a su máximo en 1932.

        Para comprobar si se ha dado esta misma situación en nuestro país, hemos realizado dos gráficos comparativos, uno de las elecciones de 2004, en pleno auge económico nacional, y otra de las de 2011, en plena crisis económica. Si comparamos las dos gráficas, rápidamente nos damos cuenta de que, aunque en España esté permitido el pluripartidismo político, lo que existe realmente es un bipartidismo político, liderado por el PP y el PSOE, que se van alternando la estancia en el poder. Estos partidos tienen una ideología más o menos centrada, aunque el PP tiende a una política derechista, y el PSOE a una política de izquierdas. El resto de partidos, en su mayoría, son extremistas, siendo mayor el número de partidos extremistas de izquierdas que de derechas. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurrió con la crisis de los años treinta, el extremismo político no es lo destacable de la situación española, ya que el número de votantes a partidos extremistas ha aumentado, pero no de manera considerable. Lo que se dio en España en las pasadas elecciones generales fue una dispersión política, es decir, existían estos dos partidos mayoritarios, pero el número de votos que recibieron fue mucho menor (véase el caso del PSOE), ya que se repartieron entre el resto de partidos políticos.



                En este gráfico se ve los votos recibidos en las elecciones generales de 2004 en España, momento de auge económico para nuestro país. Se puede observar que existen 2 partidos mayoritarios, PSOE y PP, los cuales reciben la mayor parte de los votos, que son de derechas y centro-izquierda, respectivamente. Los partidos radicales (la mayor parte de la columna “Resto”) no reciben un número muy elevado de votos.

              En esta ocasión, se observa como los votos se encuentran más repartidos, sin embargo, es notable la existencia de los dos partidos mayoritarios. En este caso, ha habido un pequeño aumento en los votos a partidos radicales, sobre todo de extrema izquierda, pero la radicalización no es un hecho notable en nuestro país.


              Consecuencias demográficas: En esta época no podemos confirmar que se diese una fuga de cerebros en sí. Sin embargo, se puede afirmar que, como consecuencia de los daños causados por la Primera Guerra Mundial, se produjo un movimiento demográfico desde los países europeos a Estados Unidos.